sábado, 25 de junio de 2011

Black Logic

"Entre mas te acerques... entre mas la busques o convivas con ella,
la relación se tornara mas interesate, mas divertida... mas estrecha"

Usando esa misma logica podemos decir entonces:

"Entre mas te apartes... entre menos la busques o la tomes en cuenta,
la relacion se tornara aburrida, indiferente... cada vez mas lejana"

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¿Puedes deshacerte de esos sentimientos de esa manera?
¿Destruir ese puñado de sueños y deseos que conservas?


jueves, 23 de junio de 2011

El Amor No Basta - Capitulo X

El Fin De Todo Amor

Pasaron 10 años. Nunca me volví a enamorar. Me volví una persona algo fría. Nunca más supe de ella…


Aun la tenía en la memoria, sin embargo su imagen era algo difusa… pero su voz era exactamente a como fue aquel primer “Hola” que salió de su boca y paso por mis oídos…

Esa tarde conducía. Empezó a llover. Las gotas de lluvia parecían tener algo ese día, pues empezaron a golpear fuertemente las ventanas del auto.

Cerré la ventana de mi lado del auto. Antes de que pudiera finalizar la acción, entraron algunas gotas. Me percaté que una había caído en mi bolsillo. Metí la mano. Me topé con aquella carta… Vi que algunas letras habían sido corridas a causa de aquella pequeña gota…

-¿Acaso importa?- exclame

Al alzar la mirada, me percate que un semáforo se encontraba delante de mí, el cual marcaba alto. Un auto gris pasó enfrente de mí, lo embestí.

Los dos autos dieron varias vueltas en la cera y quedaron juntos al finalizar el accidente. Perdí el conocimiento…

“Silencio… solo eso”

Pasó no se cuanto tiempo. Despierto... Me percato de que mi auto se encuentra completamente destrozado y volcado. Trato de salir, sin embargo la sangre en mi rostro me tapaba la vista. Me doy cuenta que mis piernas están rotas…

Al colocar mi pecho en el suelo, siento un  gran dolor. Varias de mis costillas estaban destrozadas. Escupo sangre. Trato de salir del auto. Mi brazo izquierdo no responde. Trato de gritar, sin embargo mis gritos son muy bajos. Tengo la quijada quebrada. Escucho el sonido de una ambulancia. Parece estar cerca del lugar. Miro por la ventana. Veo un grupo de personas. Debajo de ellas se encuentra un cuerpo con una manta blanca encima. Me doy cuenta que es el chofer del auto al cual había embestido…

De repente siento como una mano toma la mía y me jala fuertemente, así sacándome del auto. Un sujeto me pone una mascarilla de oxigeno. Respiro lentamente. Vuelvo a mirar a aquella persona.

Sigue tirada, en el suelo, a no más de tres metros. Me doy cuenta que un brazo sobresale de la manta blanca, y esta no lo cubre. Veo con dificultad su mano. Sostiene un libro llamado “Pasión en las Sombras”…

Miro al cielo… la vista se nubla…

Me empiezo a arrastrar, los paramédicos tratan de detenerme, pero yo en mi afán de llegar a aquel libro, me sigo arrastrando…

Llego a su mano. Quito el libro de ella. Lo abro. Cae un trozo de papel…

Lo leo atentamente con mi mirada llena de sangre…

“Te Amo Javier.

Att: Alejandra”



Una sonrisa sarcástica se pinta en mi rostro. Unas lágrimas de sangre caen al suelo. Pienso en esas letras, pienso en esa mujer…

Mis ojos se cierran… Es el fin…


FIN

El Amor No Basta - Capitulo IX

Porque El Amor No Basta

Entré a la casa. Encontré todo completamente apagado. Traté de encender la luz de la sala, sin embargo no paso nada. Me las ingenie para llegar a los fusibles de la estructura, y para mi sorpresa, estos estaban apagados.


Una vez encendidos empecé a prender todas las luces de la casa y a buscar a Alejandra por todas partes.

-¿Dónde estás Alejandra?- gritaba

Sin embargo solo el silencio me respondía.

Busque en todas las habitaciones… no encontré nada.

-¿Qué demonios pasa?- me pregunte

Seguí buscando. Vino a mi mente la biblioteca. Me dirigí a ella.

Al entrar vi que la habitación estaba perfectamente ordenada. Vi que la grabadora marcaba el Disco numero 5. Apreté el botón de reproducción.
Mis odios se deleitaron con la música de Mozart. Seguí buscando. Encontré una nota que decía lo siguiente:

“Para una persona especial.

Siempre supiste el cómo hacerme feliz, como cumplir mis caprichos y mis sueños. Fue fantástico conocerte.

Tengo perfectamente grabada en mi memoria el día en que te conocí. Los libros y la escritura hicieron que nos conociéramos y nos adoráramos el uno al otro, y ahora, con estas mismas me despido…

Estoy consciente de lo que sientes por mí, pues desde el primer día en que te vi, mi garganta sintió algo al escuchar tus pasos… siempre supe quien era el autor de esas flores… siempre supe el que sentiste por mi…

Sin embargo, no todo es el fin, pero tampoco todo es para siempre…

Finalmente, solo me queda decirte... ”

Ahí terminaba la carta… el otro pedazo restaba. Parecía como si hubiera sido arrancado… No supe que hacer. Me quedé pasmado. Me senté en una silla y ahí estuve toda la noche…

Al amanecer salí desesperado de la casa. Busque por toda la ciudad a Alejandra. Quería preguntarle a sus conocidos, pero… ¿Qué conocidos? Nunca tuve el gusto de conocer a sus amigos o demás… ni a su familia…
Pregunté a los vecinos. Dijeron que no sabían a donde había ido, que solo tomó un taxi y se fue…

En ese momento recordé la foto que estaba en el escritorio de mi cuarto. Recordé que aquel sujeto de la foto era nada más y nada menos que aquel hombre el cual besó a Alejandra aquel día.

Lo busque, sin embargo nunca lo encontré… y así pasaron días, meses y años… nunca volví a saber nada de ella… y poco a poco mi vida volvió a ser la misma vida que tuve antes… solitaria…

Hasta que un día… pensé que la había olvidado…

El Amor No Basta - Capitulo VIII

Cuando Se Retiene Al Amor

Aquella tarde, me encontraba en la ciudad junto con Alejandra. Tuvimos una cita como las anteriores y platicamos sobre nuestros intereses comunes.

-¿Qué te parece Mozart?-

-Muy buen compositor- respondí

-Para serte franca, es mi autor favorito de música clásica-

-El mío también- exclamé no por ser presumido ni para poder tener otra cosa en común, sino porque era verdad. Desde que era un niño, siempre me fascinaron las obras musicales de Wolfang Amadeus Mozart…

Platicamos una tarde completa… ¡Que digo una tarde! ¡Decenas de tardes completas! Todos los días, todas las tardes y toda una vida…

El tiempo pasó demasiado rápido para mi, y cuando me había dado cuenta, corría Noviembre… esto me hizo pensar en lo tanto que habíamos pasado juntos y demás…

-Nueve meses…- pensé

Y fue así… llegué a mi casa y miré el calendario.

-¡Nueve meses!-

Entonces me acosté en mi cama y miré el techo detenidamente, en el cual se encontraban un centenar de fotos.

Las miré y sonría aun mas con cada una, pues todas estas tenían algo en común, tenían a Alejandra en ellas, ya sea ella sola o acompañada por mí.

Todas y cada una eran de cada día que pase junto a ella, la mayoría, con un helado, pues casi todos los días íbamos a por un helado.

Fue entonces que una de ellas me llamo la atención. Me pare sobre mi cama y tomé la foto. Me senté en el escritorio y la miré detenidamente.

Me di cuenta que en ella, como en unas decenas más, nos encontrábamos los dos abrazados comiendo un helado. Pero lo que me llamó la atención fue el hombre que se encontraba a nuestras espaldas. En ese momento mi mente me hizo recordar que en alguna parte había visto a esa persona, pero desgraciadamente no recordaba de donde o cuando le había visto.

No le tomé más importancia, deje la foto en el escritorio y fui a dormir.

Al día siguiente, en la madrugada aún, tome un baño y me hice el desayuno más exquisito que yo mismo me pude haber preparado hasta ese entonces, pues daba la casualidad, que desde hace mucho tiempo había días que probaba desayunos que eran una delicia para mi, pues estaban preparados por las manos de aquella mujer, Alejandra, la cual tenía un don en el arte culinario…

Al terminar, salí de mi casa y me dirigí a casa de Alejandra, a darle una sorpresa…

Al llegar, toque a la puerta. Silencio…

Ella siempre dejaba una llave en la maceta de al lado, la cual tomé y use para entrar. No era la primera vez que lo hacía, pero si la ultima…

Algunas veces...

Algunas veces me percato del veneno que eres para mi, con esa mirada que me mata.
Algunas veces recuerdo lo tanto que espero mirarte a esos mismos ojos.

Algunas veces me gustaría simplemente olvidarte.
Algunas veces me encanta recortarte.

Algunas veces me muero por verte y abrazarte fuertemente.
Algunas veces muero cada vez que me abrazas.

Algunas veces aquel beso me trae una felicidad incomparable, me alegro que haya pasado.
Algunas veces ese mismo beso me vuelve infeliz... mejor no hubiera sucedido.

Algunas veces preferiría nunca haberte conocido.
Algunas veces me hubiera gustado hacerlo en otra vida.
Algunas veces me encantaría que nos conociéramos mas.

Algunas veces... me gustaría gritarle al mundo lo tanto que me encantas.
Algunas veces... prefiero quedarme callado, para no hacerme mas daño.
Algunas veces... solo lo expreso en textos... como ahora.

¿Alguna vez has pensado o sentido lo mismo?

sábado, 18 de junio de 2011

Sobrevivir


Fue que estábamos en mi casa. Era una gran reunión familiar y de amistades de esta. Demasiada gente para un pequeño departamento como el mío. Todo mundo reía y platicaba.
Recorrí la casa, y por todas partes veía gente conviviendo, de todas las edades, conocidos nuestros o lejanos familiares, aunque también muchas personas en mi vida las había visto.
En ese momento recibí una llamada. Eran mis amigos, me invitaban a Xochimilco. Era de noche, pero no era broma, en realidad me invitaban. Fue que cauteloso me le acerque a mi mama para pedir permiso. Ella se encontraba con unas amigas y mi tía. Le pregunte, a lo cual accedió sin peros. Eso me sorprendió demasiado. Tomé mis llaves y mi cartera y me fui.
Tome un transporte y llegue al lugar citado. Ahí estaban todos. Tomamos un camión y empezó el viaje. Yo, como siempre que viajo, me senté en una ventanilla y sin hacer caso a los demás, mi vista se fijo en esta viendo el exterior y el cómo recorríamos la ciudad. Les recuerdo que era de noche, así que mi vista se deleitaba con cientos de luces, de autos, de establecimientos, lámparas y demás. Después de un momento, me dormí.
Al despertar, noté que solo nosotros veníamos en el camión, uno de nosotros venía conduciendo, nos habíamos pasado el destino y viajábamos más aun. Me comentaron de un pequeño pueblo para pasar el fin de semana, no entiendo él porque querían ir a ese lugar, pero accedí.
Viajamos por un rato más. Fue entonces que llegamos a un lugar donde había demasiada gente, así como una especie de caseta, autos estacionados, vendedores ambulantes así como personas comiendo. Era de tarde ya. Hace 1 día que habíamos empezado a viajar. La gente miraba nuestro transporte, nos miraba por nuestras ventanas. ¿Qué pasa con ellos?
No nos detuvimos ni nada. Al final de esta había dos caminos. Los dos llevaban a nuestro destino, sin embargo, tomamos el equivocado. Era un gran bosque frondoso, lleno de ramas, piedras y un camino muy mal hecho. El camión iba rápido, y nuestro chofer, que no recuerdo quien era, evitaba todo obstáculo para llegar rápido. Después de un tiempo, vimos que no encontrábamos final a este camino, a lo cual nos empezamos a preguntar él porque habíamos tomado este camino y no el otro, el cual era una carretera común y corriente. Todo había sido impulso del chofer y otros más.
Empezó a hacerse de noche, a lo cual un miedo interno nos acechó, y al no saber si el final de este camino estaba cerca, más bien, el camino era incierto, no sabíamos cuando o a donde llegaríamos. Pedimos todos regresar a la caseta, y así tomar el otro camino.
Se hizo de noche, pareciera que el bosque nos miraba… que “algo” había entre todos esos árboles. El chofer aceleró. Mis ojos me pesaron, me dormí. Pasaron un par de horas, y al despertar, estábamos llegando a la caseta. Todos venían callados. Salimos del camión y nos deshicimos de él, consiguiendo así un auto. Todos nos dispersamos, para así comer y beber agua, y seguir con nuestro viaje. Yo y otros 2 nos quedamos en el auto. Uno de ellos nos invito a salir de este para comer los tres. Yo les dije que no era buena idea, algo en mi interior me decía que no era buena idea. Sin embargo salimos. Uno hizo cola para comprar comida, pues esta era muy grande. Yo sin embargo, no quitaba el ojo de encima de nuestro auto. Fue entonces que vi a 2 mujeres acercarse a este. Les comente a mis compañeros sobre el suceso, a lo cual no le dieron importancia. Mire de nuevo, y vi que lo trataban de abrir, les comente una vez más, pero su hambre era más que su razonamiento. Vi que estas forcejearon para abrir la puerta, y fue entonces que tome del brazo a uno y corrimos hacia el auto, y justo cuando ellas abrieron el auto y entraron, nosotros alcanzamos a entrar, impidiéndoles que se lo llevaran. Todos empezaron a llegar. Nunca supe de que hablaron ellas y mis compañeros, sin embargo, se quedaron con nosotros. Estábamos un poco llenos en el auto. Apenas y cabíamos.
Entonces decidieron irse lo más pronto posible de ahí. Yo estaba en la parte de adelante, como copiloto, y justo al lado mío otro más, en el auto, íbamos 3 enfrente y 5 atrás. Íbamos muy llenos. Abrí la ventanilla. Todos los pasajeros empezaron a despedirse de no se quienes afuera del auto, por lo cual cada quien estaba en su rollo. Note algunos rostros familiares, conocidos. Estos me dijeron adiós cuando pasaban cerca de la ventanilla. Entre todos estos rostros vi a mi mama. ¿Qué hacía ella aquí? Se acerco a mí y me dio 3 pequeñas lámparas en la mano. “Las vas a necesitar” me dijo. No entendí exactamente que me quiso decir, pero algo en mi interior me dijo que era verdad. Tome las 3 y las guarde en mi pantalón junto con unas pilas que tome de la guantera del auto. Y sin más, me dijo adiós. Sentí algo en mi interior. Como un “adiós” para siempre, sentí que nunca más la volvería a ver. Empezamos a arrancar, cuando de reojo vi a Rocío, mi profesora de inglés, y le pedí al conductor que se detuviera. Le llame y la salude, ella me comento varias cosas, que se me hicieron importantes. Entonces, la note algo alterada. La gente empezó a correr, nunca supe el motivo. En el auto todos gritaban que nos teníamos que ir, que no podíamos estar más ahí. Rocío tomo un pequeño niño, de alrededor 1 año y meses y me lo dio. Me dijo que me lo llevara. Entonces arrancamos. Yo sorprendido, sin aliento, solo mire a Rocío mientras nos alejábamos. La gente corría sin rumbo. Tratábamos de evitar a todos los posibles para no arrollarlos con el auto. Fue que en ese momento tomamos el camino de la izquierda, a diferencia del anterior, que era el equivocado. Miré al pequeño dormir entre mis brazos. Se me era familiar… muy familiar.
Pasaron un par de horas y llegamos a nuestro destino. Nos adentramos a una gran construcción. Era una especie de centro comercial, dentro había habitaciones, por lo cual pensé en un hotel, además de un hospital. En ese momento dormimos.
Al otro día, lleve al bebe a la parte del hospital. En ningún momento lo solté, la gente no me daba confianza. Una amable enfermera me dijo que necesitaba darle de comer, y la seguí a lo que pensé seria el comedor del lugar. Llegamos a este y vi un plato con pocas verduras y sopa. A mi lado otro plato de igual forma, que sabía que le pertenecía a alguien más. Entonces ella llego y deposito un recipiente con muchas verduras, y me pidió que sirviera todas las que quisiera y pudiera en el plato para el bebe, el cual me había pedido dejarlo sentado en la mesa, al lado mío. Deposite varias verduras en el plato. Ella se acerco y puso encima un extraño polvo. Me pidió que observara, a lo cual hice caso. Note como las verduras y la sopa se acababan, eran consumidas, solo quedaba una calabaza en medio. Me sorprendí al ver el hecho. Ella me explico que era una sustancia que prácticamente hacia juntar todas las verduras y sus vitaminas en una sola, y así, solo tendría que darle de comer esa única al bebe, y evitar darle un plato entero. Dude sin en darle ese platillo al pequeño… -------

------ Abrí los ojos. Note que estaba en la parte de pacientes del lugar. Vi a varios dormidos, otros recostados. El ambiente era algo… frio… melancólico… serio. Cada cuarto era para un paciente, eran cuartos con cama, tele y armarios. Me llamo la atención algo. Unos pacientes recién llegaban. Su esposa se encontraba en mal estado, o eso pensé al verla. El solo la miraba. Los pusieron en un cuarto y a ella en la cama. A él lo mire con una cara de angustia, de desesperación. Desde lejos observe la escena. Mire en su mano una herida. Se percato de mi curiosidad, a lo cual gire la cabeza y después el cuerpo y me fui.
Por ningún lado encontraba a mis compañeros. Imagino ellos estaban en su rollo, divirtiéndose o pasándola en alguna parte del pueblo, o de esa gran plaza… lo ignoro.

(*) Aquella mujer era una mujer algo acabada, sin embargo, si no tuviera esas ojeras y esos defectos en la piel, sería una mujer muy linda. Se sometió a unas operaciones y no sé qué tanto. Al finalizar, quedo hecha un ángel. Busto muy lindo y firme, un pelo largo y dorado, realmente hermoso. Unos labios de envidiar, carnosos y perfectos. ¿Qué fue lo que le hicieron? Es hermosa.
Pequeñas escenas me llegan a mi cabeza. Ella caminaba sola por la noche, en alguna parte del pueblo. Era una calle muy oscura y llena de basura. Dos sujetos llegaron y la atacaron. No recuerdo más después de ahí. Mi siguiente recuerdo es su cuerpo, destazado, en un contenedor de basura. La encontraron porque su cabeza se asomaba de este. ¿Por qué le paso eso? (*)

Al otro día desperté. Me moví por los pasillos del hospital, a lo cual vi que llevaban en una camilla una bolsa de deshechos o residuos biológicos llenos de sangre. Por alguna razón sabía que había dentro… o más bien, quien estaba dentro de esa bolsa. Pensé durante unos momentos más. Mi mente se colapso unos segundos.
Después de unos minutos. Recupere el aliento. Pensé y camine un momento. Fue entonces que me encontré con una vista al cuarto de los pacientes de ayer. Ella seguía acostada, él la miraba, sin embargo, él se veía muy mal. Ella lo tomo de la mano, a lo cual pensé que ella se encontraba mejor. La mirada de él solo se fijaba en el suelo. Sujeto fuerte la mano de ella, mientras trataba de ocultar su otra extremidad. ¿Pero que le ha pasado a esa herida? ¿Acaso se ha infectado? Debería pedir que revisen esa mano.
Salí un momento, y me senté no se cuanto tiempo. Pensé en esas verduras, pero por más que trataba de recordar, no sabía el porqué había ido por esas verduras, o para que me las habían dado. Mi curiosidad me hizo regresar a donde estaba esa pareja. Al llegar, mi sorpresa fue que el ya no estaba con ella. Lo busque a lo cual quede aun más sorprendido. Se encontraba en un cuarto, internado. Pensé entonces en esa herida. ¿Cómo se la habrá hecho? ¿Qué se la habrá hecho? Lo miré durante un momento. Se notaba con una fiebre como nunca antes había visto. De repente su cuerpo se torcía involuntariamente. Llego un médico y le dio un sedante.
Se hizo de noche. No dejaba de pensar en ese sujeto. Menos aun en esa herida. Mis ojos cerraron y me quede dormido.
Al otro día, desperté, y busque a la mujer que se hallaba internada. Ella estaba completamente recuperada, de pie. En su cuarto vistiéndose. Entonces salió y pidió visitar a su esposo, a lo cual la recepción le comento que no era posible. Sabía que algo andaba mal. Algo pasaba en ese lugar, algo malo… muy malo. Ella se acerco al cuarto de su esposo, y vi en sus ojos la intención de entrar, a lo cual me entro un miedo, y corrí y la tome del brazo. Le pedí que no entrara. Ella me miró. “¿Quién eres?” Me pregunto. No supe responder, solo insistí en que no entrara, que era peligroso. Ella se asusto y me empujó. No supe que hacer… me quede sin habla. ¿Por qué habría de asustarse de mí? Entonces me fui corriendo. Algo malo iba a pasar.

(*) Ella entro al cuarto de su esposo, sin que nadie se enterara. Entonces lo vio y empezó a llorar. Los ojos de él estaban abiertos, mirando el techo. Su cuerpo tenía pequeñas convulsiones. Tenía un sedante conectado en sonda, a lo cual ella lo desconecto. Paso un momento. El dejo de respirar. Cerró los ojos. Ella se acerco y lo abrazó. De repente la mano de él se empezó a mover y escupió sangre. Ella se asusto y dio un salto hacia la pared. El la miro y se le lanzo encima mordiéndola. Después se levantó y corrió a la entrada. Salió del cuarto y de la misma forma, ataco a una enfermera. Se puso de pie y corrió. De fondo la gente empezó a gritar. Del cuarto donde se encontraba, salió su esposa, o bueno, el cuerpo de su esposa, pues ya no era más ella. Esa mirada de rabia, ese instinto animal… ya no era más ella. Segundos después se levanto la enfermera, de la misma forma. Corrieron. (*)

No sabía si regresar al lugar. Sabía que algo raro pasaba. Recordé las palabras mi mama y mis lágrimas internas. Me sentía solo. No sabía qué hacer. A lo lejos, en alguna parte del pueblo (que más que nada parecía ciudad, pues era muy grande) se escuchaban gritos. Mi mirada se quedo pasmada en el suelo. Mi mente se hallaba confundida. Yo estaba lleno de miedo. Fue entonces que corrí a buscar a mis amigos.

(*) Era un taller mecánico. Varios negros trabajaban ahí. Uno de ellos se encontraba arreglando un auto cuando unas pisadas se escucharon atrás de él. Era uno de sus compañeros, lleno de sangre, con esos ojos rojos. El se asusto, y se levanto para tratar de ayudarlo, sin embargo, este lo ataco mordiéndolo por el cuello. Empezó a gritar. Entonces, otro llegó y con un tubo golpeo al atacante. Lo empezó a patear y a golpear con este. Mientras tanto, el que había sido atacado convulsiono y se levanto, de igual forma, como los otros. Se lanzo sobre su defensor, provocando que este soltara el tubo de sus manos. Después el otro se levanto y se lanzaron los dos sobre él. Este se lanzo en unos deshechos mecánicos, metiéndose entre los fierros y la basura, tratando de evitar sus rasguños y mordidas. Uno de ellos tomo un artefacto y lo lanzo sobre el asustado trabajador. El artefacto exploto provocando una gran descarga eléctrica, así matando al sujeto entre los tubos.
Justo esa mañana, a este le habían pedido construir este artefacto. No sabían muy bien su uso, pero la energía que podría crear, era muy potente. (*)

Los encontré. Les dije lo que pasaba, a lo cual ellos me comentaron que habían visto cosas similares, por lo cual habían corrido a ese lugar. Discutimos durante un momento, en lo que podría ser. Una especie de infección pensamos, que se transmite a través de las mordidas, como aquellas películas de zombis que habíamos visto.
Corrimos, y nos detuvimos en una gran avenida, donde había mucha gente reunida. Era una especie de manifestación a lo que estaba sucediendo, culpaban al gobierno, a las autoridades, y sus estúpidas investigaciones y experimentos científicos. Entre la multitud, me tope con mi primo Ángel, el cual estaba vendiendo unos comics de DC, de esos que son difíciles de conseguir.
Nos dirigimos de nuevo a esa gran plaza, o centro comercial, nunca supimos realmente lo que era, y una en la entrada, nos metimos corriendo, pero cautelosos, esperando no hacer ruido o algo para llamar a alguna de esas criaturas. Fue que uno de ellos nos vio, entonces corrimos, deprisa, buscando donde meternos. Fue que entramos a un cuarto de esos donde colocaban a los enfermos, y nos encerramos. Los golpes de aquellos “seres” se escuchaban fuertemente en la puerta, la cual tenía pequeñas partes de vidrio, muy resistente, pero sin embargo, nos podían ver por estos, y nosotros a ellos. Veíamos sus gestos, sus movimientos… la sangre que escupían de sus bocas y esta quedaba impregnada en la puerta.
Pusimos atención en aquella habitación. Pude ver como en la cama se encontraba aquella mujer que había cuidado a su esposo. Pero no eras mas una humana. Era una de esas criaturas. Esta nos trato de atacar, a lo cual corrimos dentro de la habitación. Sin embargo, otro de ellos salió de una puerta y me lanzo por los aires cayendo en el suelo. Entonces, alguien me lanzo un arma, la cual empecé a usar para mi defensa, sin embargo, aquel ser parecía no verse afectado por las balas, se me lanzo, y un disparo se me salió, dándole en la pierna a mi amigo Ricardo. En ese momento me percate que el infectado retrocedió, tomándose por la pierna, como si hubiera recibido una herida. Golpe a Ricardo, y el infectado recibió el mismo efecto. ¿Qué demonios pasaba? Una vez más, el infectado se me lanzo, y yo, en mi desesperación, y sin saber qué hacer, le di una patada, y me lance contra Ricardo, tomándolo por la cabeza y disparándole en esta. Fue que el infectado cayó al suelo. Ambos estaban muertos. ¿Pero qué demonios acababa de hacer?
Mientras tanto, los demás habían podido acabar con la infectada. Les comente lo acontecido. Ellos entendieron. Nadie sabía exactamente lo que había pasado, el por qué se tenía que matar a Ricardo para matar al infectado. Yo solo trate de justificar mis actos por defensa propia. Aun así, la conciencia me atormenta, pues nunca supe lo que él estaba pensando en ese momento, y no me quiero imaginar el que pensó cuando le apunte con el arma y dispare…
Nos deshicimos de los cuerpos. Nos dimos cuenta que donde nos encontrábamos, era una especie de departamento dentro de esa gran plaza o lo que fuese. Empezaron a pasar los días. Nosotros solo escuchábamos gente gritar afuera, infectados correr por los pasillos, y una que otra vez golpear a la puerta. Ya no estaban seguros si estábamos ahí. Éramos silenciosos. Tratábamos de no hacer ruido. Y siguieron pasando los días…
Fue entonces, que un día, me desperté. Tenía en la mente una angustia… ¿Cómo escapar de ese lugar si en una oportunidad, los infectados entraran? Empecé a revisar todas las ventanas del departamento, el cual tenía muchos cuartos. Sin pausa, empecé a revisar, asomarme y demás en estas. Cuarto por cuarto. El departamento contaba con 2 baños. Uno desocupado, el otro se encontraba ella… Paty, estaba bañándose. La verdad nunca le hable muy bien a esa chica, sin embargo, sabía perfectamente que era una chava muy linda (por lo menos para mí). Su cabello rubio y su cuerpo me hacían sentir “mariposas” en el estomago.
Sin embargo, en ese momento, mi lógica apartaba mis hormonas. Así que entre sin tocar a la puerta ni avisar. Ella se encontraba completamente desnuda. Al entrar ella se espanto y se tapo con las manos. Yo camine hacia ella, mientras ella me gritaba enojada. No le tome importancia, mi mente estaba solo en la ventana que se encontraba atrás de ella. Ella salió del lugar con una toalla y yo me asome por aquella ventana. En mi subconsciente me decía a mí mismo “que lindo cuerpo”.
Salí de aquel baño y entre a otro cuarto. Entonces me asome por una gran ventana que se encontraba en este, y mire a uno de ellos que se encontraba parado, mirando de frente. Estaba como a unos 5 metros abajo. De repente este volteo y corrió entrando al edificio.  Por alguna extraña razón, sabía cómo llegar a donde nosotros estábamos. Entonces tuve un mal presentimiento.

viernes, 17 de junio de 2011

Soñando Contigo

Nos encontrábamos en aquel edificio, donde alguna vez experimenté la adrenalina de la guerra, tal vez no en vida real, pero me era familiar por eso.

Entre la multitud, nos encontrábamos una gran cantidad de amigos y conocidos. Era una gran reunión, el ambiente el adecuado y hacia algo de calor. Era como una vuelta al pasado, cuando todos estábamos juntos, pero era distinto. Sabia perfectamente lo que sentía por ti. Y te encontrabas ahí, tan linda como siempre.

Nos saludamos, platicamos, convivimos, bromeamos, reímos... nos miramos mutuamente, la convivencia ideal para mi ese día. De vez en cuando te tomaba del brazo y acariciaba tu piel, y tu hacías lo mismo, después nos abrazábamos, sin embargo, había momentos donde el llegaba y nos teníamos que apartar. ¿Por que hacerlo? Cierto, es complicado.

Tengo unas ganas enormes de decirte lo mucho que me encantas, y expresarte las ganas enormes de besarte, pero segundos después lo recuerdo. No puedo hacerlo, por lo menos no mientras el este presente.

Aún así, con tu presencia y tus palabras hacia mí me basta, estamos pasando un buen momento, un pequeño rato para conocernos mejor. Después... no recuerdo nada mas, el sueño se hace algo borroso.

De un momento a otro nos encontramos todos listos para regresar a clase, tu te encuentras llorando en tu lugar, mientras un grupo de chicas te preguntan si te encuentras bien, preguntándote por tu estado y el por que estas así. Me gustaría entrar a verte, saber el por que estas así y hacerte saber que estoy ahí, que cuentas conmigo, pero por alguna extraña razón mi cuerpo no reacciona, no me gusta estar entre tanta gente. ¿Acaso es eso? No lo creo, tu vales la pena para ignorar las cosas que no me gustan, así como mi Misantropía. ¿Entonces que es? ¿Acaso tengo la culpa de que estés así?

jueves, 16 de junio de 2011

Juntos en la Oscuridad

Estar acostado a tu lado, mirándonos los rostros, en medio de la oscuridad con la tenue luz de la luna entrando por la ventana. Diciéndote lo mucho que te quiero y lo cuanto que te extraño.

miércoles, 15 de junio de 2011

Geass of Love

Su Geass tenía el poder de provocar infinito amor hacia ella a toda persona que la rodeara. Todas las personas de la ciudad se vieron envueltas en su maldición, que a pesar de que era involuntaria, ella había decidido hacer aquel pacto. No tenía escapatoria.

"Vivir una vida llena de Amor Falso"

Pasaron los años, y entre esa vida de lujo inmunda, llegaron ideas enfermas. No podía seguir viviendo en toda esa falsedad. Poco a poco pensó que se volvería loca. No podía seguir adelante, o por lo menos eso pensó, hasta que un día él regresó. El único hombre en su vida que la amó verdaderamente, pues el no fue víctima de su Geass, amor puro, de esos que encuentras muy rara vez en tu vida.

El reencuentro ocasionó que los dos volvieran a amarse como en el pasado lo habían hecho, y decidió quedarse con él para toda su vida. Pasaron los meses, y ellos vivieron felizmente, el uno al lado del otro, sin embargo, la ciudad sintió celos a aquel sujeto. ¿Cómo era posible que su amada estuviera besando los labios de otro? No tardó mucho para que alguien hiciera lo impensable.  

Pocos días después, el fue asesinado. Ella, invadida en la locura, lo siguió a su eterno letargo, pues después de todo, donde hay amor hay odio.