lunes, 10 de enero de 2011

Soy Padre

No recuerdo como comenzo esta historia. Tan solo recuerdo donde me encontraba. Era un lugar olvidado, que no recuerdo haber visitado  ni visto nunca, mas esa noche. ¿Que hacia ahi? 

Hace un momento me habian avisado que habia nacido mi hijo, recien unos cuantos minutos. Tenía ganas de verlo al igual que a su madre, y decirle lo tanto que la queria y la extrañaba.

Una persona me informó que podía entrar a verla. Era un hospital muy pobre. a mi ciriterio, pues el edificio era muy pequeño y mal cuidado. Recuerdo entrar a esa habitacion, y en una cama muy baja se encontraba ella, quizás en el piso. Se encontraba arropada por unos covertores rotos y algo sucios. Mi rostro se lleno con una sonrisa al igual que el de ella. Corrí a abrazarla y besarla. Nuestro hijo se encontraba a un costado de la cama. Noté algo raro en este, sin embargo, en primer instante, no me importó. 

-Te quiero tanto- expresé abrazandola

Ella me contestó con lo mismo. La miré y me acoste a su lado, con su rostro justo enfrente del mio. Acaricie sus mejillas con mis manos, delicadamente, sintiendo su calida piel y recojiendo sus lágrimas con mis yemas. Ella hacia lo mismo con las mías. Era una escena realmente hermosa y tierna. Mi cuerpo se estremecia. Mi estomago estaba repleto de mariposas.

Empezamos a expresarnos todo lo que sentiamos, el uno por el otro, al igual que por nuestro hijo.

Desde hace ya varios años tenía muchas ganas de conocerla en persona, sin embargo, no habiamos vernos, nuestras vidas nos lo impedian por el momento, sin embargo, le preguntaba el porqué habia venido hasta aca a dar a luz a nuestro hijo. Nunca me hubiera imaginado conocerla frente a frente de esta manera, y se lo expresaba una y otra vez lleno de emoción y sentimientos. Con palabras que provenian de mi corazón y emanaban de mis labios.

Sin emargo, una pizca de razonamiento entro en mi mente en ese momento lleno de felicidad y sentimientos. ¿Como era posible que aquella criatura fuera mia? Pues nunca habia tenido a esa mujer que amaba frente de mi, asi que mucho menos la habia besado. ¿¡Como era posible!? ¡¿Será que lo he olvidado?! No podia creer lo que estaba pensando. Por mas que trataba de recordar el como habiamos concordado, e incluso hecho el amor, no podía hacerlo. Esta era la primera vez que la tenia frente a mi. ¿Que esta sucediendo?

Por otra parte pense en esa criatura. Su piel tenia un raro tono verduzco. Tenia pequeñas deformidades. ¿Sera acaso que es nacimiento prematuro? Si fuera el caso, esas caracteristicas definitivamente no concordaban con esto.

Ella me tomo y me beso fuertemente, y nos abrazamos mientras ella me susurraba con sus labios entre los mios lo cuanto que me amaba. Olvidé todo lo anterior. Y me desvanecí.

Desperté. Ella dormía mientras nuestro hijo lo hacía de igual manera. Me levanté y regrese a mi casa. pensando en ella y en mi hijo. Entré por la entrada del auto, me percate que era de madrugada y la calle se encontraba completamente sola. Esa soledad me alteró un poco y me apresuré a entrar a mi casa.

Una vez dentro, hice lo que siempre hago a llegar a casa. Prender mi orndenador. Una vez encendido, entre al MSN y me topé con ella. "¿Que hace conectada? Se supone que deberia estar en el hospital en cama." pense consternado. 

La salude y ella a mi. Le pregunté que hacia conectada. Ella me respondió confundida. "¿De que hablas?" me preguntó. Le pregunte por nuestro hijo, y su situacion en el hospital. Ella me tomo por loco "¿Hijo? ¿Hospital?" expresó. Me dijo que ella en su vida me habia visto en persona, que aun no se había dado la oportunidad de vernos, y claro mucho menos se encontraba en mi ciudad en estos momentos. Ella estaba en su casa.

Entonces... ¿A quien besé en el hospital? ¿A quien le exprese todos esos sentimientos hace unas cuantas horas? ¡¿Que demonios esta pasando?!.

Corrí al auto y tomé el camino de regreso. Me percaté que el camino me llevó a un pueblo al cual no recuerdo haber ido antes, en mi vida. Llegue al susodicho hospital, el cual no era mas que una casa. Entré al cuarto donde se encontraba "ella". Me tope con un cadaver de una mujer en el suelo. A su lado el de un bebé recien nacido.

El Amor No Basta - Capitulo VII


Conociendo el Amor

Pasaron muchas semanas desde aquel día. Alejandra y yo nos hicimos muy amigos, ya que nos veíamos a diario en el parque. Ella iba a ese lugar por afición, mientras que yo solo iba por ella, para poder verla sonreír una vez más día con día.
En solo estas semanas, tuvimos para conocernos de pies a cabeza, ya que teníamos muchos gustos parecidos, pero el más importante, era la afición por la lectura.

Los dos habíamos leído centenares de libros en esta infame vida, pero lo mejor de todo, es que eran exactamente los mismos para ambos, a excepción de dos. Uno que ella se encontraba leyendo en estos momentos, el cual era aquel libro titulado “Pasión en las Sombras”. El otro era el que yo había escrito, que por cierto, estaba a punto de terminar…

Lo cierto era que en mi interior, me daba pena preguntar por el autor de ese libro, ya que tal vez, para mi desgracia, Alejandra pensaría que era un poco ignorante respecto a titulos, autores y sus respectibas obras, además, nunca habíamos tocado el tema de estos dos libros…

Poco a poco tomamos cariño el uno del otro, claro está que en mis intenciones era llegar a una relación más estrecha, pero por otra parte, estaba la pareja sentimental de Alejandra. Además, tampoco habíamos tocado el tema de aquel “sujeto”, ya que solo de pensar en aquel hombre, me daba un tremenda envidia, y me daría una rabia inmensa el enterarme del nombre de aquel ser…

Pasó el tiempo, y nuestra relación alcanzó un punto más, ya que empezamos a salir a otras partes. Recuerdo que la primera vez que salimos de ese parque fue para comprar un helado, que por cierto, Alejandra adoraba con todas sus fuerzas. ¿Y de que la culpo? ¿Acaso no el helado nos gusta a todos? Pero, al contrario de todas las demás personas, ella, tenía una cierta “adicción” por ese postre, ya que en todos los helados que comimos juntos, ella disfrutaba cucharada a cucharada su sabor, mientras que yo, me deleitaba, no con mi helado, sino con su expresión de felicidad al probar una a una esas cucharadas de su helado favorito, que por cierto, nunca me enteré de su sabor preferido, ya que siempre pedía uno distinto…

Después, empezamos a ir al cine. Recuerdo mi primera cita con ella a este. Para ser sincero, no recuerdo que película vimos, ya que me distraje toda la función con su delicada sonrisa y su linda mirada. Ella, al contrario, miró la película atentamente, ya que al fin de cuentas ella había elegido la función, y no la culpo de esa ocasión, ya que unas cuantas semanas después, vimos una de mis películas favoritas, en la cual solo retuve mi mirada en la pantalla… excepto en una parte… una escena muy especial llena de sentimientos tan profundos entre los protagonistas, y tanta fue la profundidad de esta, que no pudieron evitar que volteara a ver a ese ser que estaba a mi lado…