jueves, 23 de junio de 2016

Entre Sueños y Nupcias

*No recuerdo mucho de este sueño, así que relataré lo poco que queda aún en mi cabeza*

Primera Parte - "Flores"
Por alguna razón me encontraba ahí, con ella, a solas. No estoy seguro como llegamos a dicha situación, pero estábamos disfrutando el momento como nunca me hubiera imaginado antes. Eramos un par de enamorados, me encantaba abrazarla, pasar mis dedos por su cabello y acariciar sus mejillas con la palma de mi mano. Siempre lo había dicho, esa mujer era un ángel a mis ojos.

Caminábamos, reíamos y nos demostrábamos ese afecto, tal vez oculto y desconocido hasta ese momento... pero dentro de mi me preguntaba, ¿Por qué hasta ahora? No lo sé. De pronto, llegamos al final del camino, un gran salón dentro de una fiesta de bodas, era su boda.

Llegamos de no sé donde, abrazados, algunos invitados nos voltearon a ver, eran conocidos míos, algunos amigos de la preparatoria con sus parejas, donde nos veían con incertidumbre y confusión. Sabía que algo estaba mal, estaba mal que estuviéramos ahí, y yo, tomando a la novia por la cadera, tan pegada a mi. Sabía que tenía que despedirme y dejarla ir, pero al mismo tiempo no quería y solo me aferraba a ella abrazándola un poco mas fuerte.

Ella solo reía y saludaba a los que estaban a su alrededor. Después de todo, ese era el final de tan esplendido momento. A lo lejos solo podía observar la mesa principal, donde generalmente los novios se sientan y en esta se encontraba alguien sentado el cual no alcanzaba a distinguir del todo, pero de alguna manera sabía quien era. Le di un beso en la mejilla y la invité a ir y disfrutar de la celebración. Se veía tan hermosa con ese vestido de novia.

(Encuentro mucha confusión en esa escena... ¿Realmente era solo su boda? ¿Por qué habría invitados que eran conocidos y amigos míos? Ellos no tienen nada que ver con ella o su prometido... Tal vez era una proyección de lo que realmente anhelaba mi subconsciente... tal vez la persona en esa mesa era yo..)



Segunda Parte - "Reyes"
Por alguna razón me encontraba cerca de otra celebración de boda. Esta era en el pueblo natal de mi familia. Entre toda la gente, se encontraba esa chica la cual me había llamado tanto la atención desde hace años. Estuvimos un buen rato juntos antes de  la Boda, riendo y platicando, jugando y demostrando un poco de afecto. Era de los mejores momentos de mi vida.

Llegó el momento y toda la gente empezó a reunirse para entrar a la Iglesia. Ahora tenía tantas ganas de abrazarla y besarla, pues por fin nos encontrábamos cerca, después de tanto tiempo, sin embargo, a su lado estaba él, su pareja ya desde hace tiempo.

Los veía bien juntos, felices. Ella de repente se acercaba a mi para platicar o tontear, pero aún así existía esa linea divisoria. Esa frustración de querer estar con alguien pero no poder llegar a esa utopía. Siempre era lo mismo y eso me frustraba mucho.

Solo vi como los dos entraron al templo, a lo cual yo me rehusé a entrar, no tanto por velos juntos, sino por mi filosofía y pensamientos... a mi no me importan ese tipo de celebraciones religiosas, y decidí esperar en casa, la cual era propiedad de mi tío. Había unas cuantas personas en el lugar, preparando comida para el banquete que se daría después. Empecé a recorrer la casa, pensando en un sin fin de cosas, de un momento a otro miraba hacia la Iglesia, y veía algunas personas de pie o sentadas presenciando la misa. No podía verla a ella.

Empecé a ignorar todo eso. Caminé por la propiedad la cual a mi parecer nunca fue así desde que lo recuerdo y me encontré con una gran sala con mucha gente sentada prestando atención a un discurso de X persona. Lo ignoré y rodé el lugar, a lo cual llegué a una puerta la cual daba a un acantilado. Solo podía ver cielo y mar... era como si el cielo fuera el mar, podía ver claramente las olas, las cuales solo me dejaban un pequeño espacio para caminar entre la pared y el vacío de menos de 2 metros. Era una especie de banqueta. La brisa, algo fuerte, chocaba contra mi rostro.

 Me senté a observar el cielo y me recosté sobre la pared, me relajé unos segundos pero después de un momento me entró un miedo. Vértigo le dicen algunos. El suelo no era completamente horizontal, tenía un ligero declive vertical y eso hacía que me resbalara poco a poco hasta caerme. Me reintegré de un salto y empecé a caminar de regreso lentamente. Por un momento pensé que me caería en tal paradisíaco lugar, pues empecé a resbalar, pero con pasos firmes encontré la salida...